En medio de la desesperación de la familia de la víctima y la comunidad, Montero se unió a búsquedas y vigilias, y posteó un cartel de búsqueda.
Montero y Flaz Burgos vivían en el mismo edificio en Lawrence, pero se desconoce si mantenían alguna relación.
La última vez que se vio a la víctima con vida fue cuando tocó la puerta del apartamento del acusado y se hizo la señal de la cruz antes de entrar, según muestra un video de seguridad.
Flaz Burgos era madre de dos hijos y trabajaba como cuidadora de envejecientes.
Sobre la trayectoria de Montero no hay ningún detalle.
Montero permanece preso sin derecho a fianza en la cárcel del referido condado.
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