Ahora mismo está FLiRT que no es una variante única, sino un grupo de subvariantes relacionadas, la KP.2 y la KP1.1, que pertenecen al linaje de Ómicron. La característica definitoria de FLiRT es la capacidad que tiene para evadir la inmunidad de infecciones y vacunas anteriores, específicamente, de aquellas basadas en cepas más antiguas. Por otro lado, FLiRT es más transmisible que las cepas anteriores de Ómicron, lo que contribuye al aumento de casos. En cuanto a la gravedad, las indicaciones actuales señalan que las infecciones por esta subvariante pueden no ser inherentemente más graves que las anteriores; pero al tener una mayor transmisibilidad se puede dar un aumento de las hospitalizaciones sobre poblaciones vulnerables.
“La infección por estas subvariantes se presenta con síntomas como dolor de garganta, secreción nasal, tos, fiebre, dolor muscular, dificultad para respirar, fatiga, malestar gastrointestinal como diarrea leve y vómito. Si bien no son muy diferentes a los presentados con las anteriores variantes, sí hay un riesgo mayor de transmisión del COVID-19 de persona a persona y, por lo tanto, de desarrollar eventualmente complicaciones asociadas a la infección”, explica Yamile Sandoval, Gerente Médico de Vacunas de Asofarma.
De acuerdo con la Gerente Médico de Vacunas de Asofarma en la medida que el virus ha estado evolucionando, del mismo modo lo está haciendo la vacuna. Por esa razón, así como se hace cada año con la influenza, la vacuna contra el COVID-19 se está adaptando para combatir las variantes del virus.
“Cuando empieza a circular una nueva variante de este virus y que es ligeramente diferente a su predecesora, los organismos internacionales de salud se ven en la necesidad de identificar cuál es la mejor combinación de antígenos que deben componer las vacunas actualizadas para generar inmunidad general”, detalla Yamile Sandoval.
Hoy en día, la aplicación de vacunas actualizadas sigue siendo la respuesta para que la población se proteja contra el COVID-19 y sus nuevas variantes/sub variantes. Por eso la recomendación de los expertos es actualizar su esquema de vacunación contra COVID-19 con las últimas vacunas disponibles, así como se da cada año cuando se vacunas contra Influenza.
“No tenemos que olvidar que actualmente el mayor riesgo al enfermar por COVID-19, más allá de la enfermedad aguda, es el desarrollo de complicaciones asociadas al COVID prolongado las cuales pueden aparecer 3 meses después y durar de 6 meses hasta 2 años post infección. De allí la importancia de tener en cuenta que vacunarse hoy es protección para el mañana”, puntualiza la gerente médico de vacunas de Asofarma.
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