SANTO DOMINGO, RD. - Si no lo leo no lo creo, pero desde anoche empecé a leer el contrato civil entre los señores Ramfis Trujillo y el señor Roque Espaillat, alias El Cobrador, y hemos de llegar a la conclusión de que todo es posible cuando la política es un negocio que parece muy rentable.
Supongo que a todos y todas nos sorprendió la entrevista del señor Dominguez Trujillo en la que si bien no denunciaba los acuerdos con el señor Espaillat, alias el cobrador, los hacía público violando la confidencialidad establecida en el referido contrato.
El contrato, que les mostraré ahorita, establece que el partido de Dominguez Trujillo deberá reembolsar al cobrador la inversión que hiciera en la campaña en el caso que obtuviera una votación entre el 1 y 5% de los resultados. Roque Espaillat obtuvo un 1.36 y es probable que esté cobrando una suma ahora indeterminada porque no sabemos cuánto gastó.
Como ambos saben de negocios, el contrato estableció un límite de 750 mil dólares que ahora debe el Partido Esperanza Democrática al señor Espaillat. En pesos son 45 millones que deberán salir de los fondos que la JCE entregue al ranfismo.
Como un buen contrato entre gente que sabe hacer negocios, el documento establece que el cobrador deberá reclamar el reembolso de sus gastos enviando, por escrito, un requerimiento de pago con las consiguientes facturas de gastos, contratos de asesores y facturas.
El contrato de marras establece que el señor Espaillat debería hacer una inversión mínima de 200 mil dólares.
Como todo está escrito, el contratico de marras establece un tope de gastos de 4 millones de dólares para cualquier necesidad de la campaña electoral y el partido lo devolvería en el caso de que lograra llevar el partido a la salsa del gran financiamiento o sea más de un 5% del electorado.
Según los términos de este contrato El cobrador va a cobrar porque obtuvo el 1.36% y ya ustedes saben por qué el nietisimo anda como gato boca arriba denunciando un negocio de lícito comercio.
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