“Este encuentro marca un nuevo hito en nuestra historia de cooperación regional en materia de educación y trae un compromiso renovado hacia la acción colectiva a favor de la recuperación, la reactivación y la transformación educativa, sin perder el norte, que es el derecho a la educación”, dijo la directora regional de la Oficina Regional Multisectorial de la UNESCO en Santiago, Claudia Uribe.
El documento, fruto del encuentro sostenido a fines de enero pasado en las oficinas de la Cepal en Santiago de Chile llamado “Del compromiso a la acción”, contó con la participación de autoridades de 30 países con el fin de acelerar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) y la Agenda 2030.
Reconociendo los efectos que la pandemia de coronavirus causó en el acceso a la educación en todo el continente, el texto subraya el compromiso de los países participantes para garantizar la sostenibilidad financiera de sus sistemas educativos, así como establecer políticas innovadoras que contribuyan a disminuir las desigualdades exacerbadas durante el periodo de confinamiento, principalmente en grupos de mayor vulnerabilidad.
“Pasar del compromiso a la acción fue un lema que se impulsó durante la Ministerial. Entonces, materializar las definiciones en términos de políticas públicas vinculadas a la materia educativa, requiere de los esfuerzos conjuntos de nuestros países respecto a cómo se van a financiar estas políticas para lograr avanzar en las estrategias innovadoras que necesitamos para cumplir estos objetivos”, afirmó el ministro de Educación chileno, Nicolás Cataldo.
“Como lo planteamos en el reporte anual de la Cepal ‘Panorama Social de América Latina y el Caribe’ de 2022, la experiencia de interrupción de clases presenciales y la crisis silenciosa generada en estos años también abren una oportunidad para transformar los sistemas educativos”, dijo por su parte el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xinirachs.
Entre otros elementos, la declaración conjunta de las autoridades educativas resaltó el “papel fundamental” del personal docente, llamando a priorizar la formación profesionales de educadores y adoptar enfoques pedagógicos basados en evidencia.
Por otro lado, el texto subraya las competencias socioemocionales y ciudades de los estudiantes como elementos para “enfrentar el futuro con seguridad y confianza”. Para ello, la declaración indica que se deben segurar entornos escolares saludares, seguros y libres de violencia. EFE
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