NACIONES UNIDAS.- Los jefes de 18 agencias de la ONU hicieron este lunes un llamado a parar la guerra entre Hamás e Israel frente a los continuos bombardeos del Ejército hebreo al enclave palestino, que ya dejaron un saldo de más de 10.000 muertos desde el inicio de la actual escalada.
«Toda una población entera se encuentra asediada y bajo ataque, sin acceso a lo esencial para sobrevivir, bombardeada en sus hogares, refugios, hospitales y lugares de culto».
En paralelo, los firmantes reiteran el llamado de la ONU para un alto el fuego humanitario «inmediato». «Han pasado 30 días. Basta es basta. Esto debe cesar ahora», exclaman.
Desde el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, han descartado un armisticio. Esta postura es compartida también por EE.UU., cuyo secretario de Estado, Antony Blinken, señaló que un eventual cese de hostilidades podría ayudar a Hamás a recuperar y reagrupar a sus fuerzas.
AGENDA DE BLINKEN
Durante esta jornada, el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca culminó su gira por Oriente Medio con una reunión en Ankara con su par turco, Hakan Fidan, para abordar la actual escalada palestino-israelí. Esta visita estuvo empañada por varias manifestaciones dentro de Turquía, incluida una protesta cerca de la base aérea estadounidense de Incirlik, que acabó con la intervención de unidades de Policía antidisturbios.
En los días previos, Blinken mantuvo encuentros con los dirigentes de Israel, Jordania, Irak y Cisjordania, donde habló con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás. Entre otros asuntos, el diplomático reiteró el compromiso de Washington de brindar apoyo humanitario a Gaza, así como trabajar para la creación de un Estado palestino.
UN NIÑO MUERTO CADA 10 MINUTOS
Mientras, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), en promedio cada 10 minutos un niño muere y dos menores resultan heridos durante la guerra.
Entre los que condenan los ataques hebreos contra Gaza, Ayuda Médica para Palestinos (MAP, por sus siglas en inglés), una organización no lucrativa con sede en Londres, denuncia que el número de fallecidos en el enclave palestino, que superó los 10.000 en casi un mes, no debe ser «una sorpresa», teniendo en cuenta «el bombardeo indiscriminado por parte de Israel contra viviendas, hospitales, campos de refugiados y escuelas».
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