Al celebrarse, dirían unos, al conmemorarse, dirían otros, el día internacional de la mujer, quiero felicitarlas y reiterar que yo prefiero las mujeres.
Las más preferidas las publico aquí: Mi madre Beatriz, mi esposa Geisa y su madre Catalina, mis hijas Geisa, Marileysi e Indira, mis nietas Scarlett, Shanille y Leïah, las abogadas de mi oficina Pinki, Mary, Ana, Margarita y Esteffany y mis hermanas Dominga, Adria y Lina, junto a ellas todas las mujeres de la familia.
La preferencia la interpretó y la pueden interpretar en el sentido amplio de la palabra, en cualquier ámbito y renglón de la vida, siempre serán las mujeres mis preferidas, porque pienso que en manos de las mujeres todas las cosas del mundo y el mundo mismo estarían mejor.
En estos tiempos el principal enfoque se hace sobre los derechos de la mujer, yo las apoyo para que logren la igualdad de derechos, que el machismo ceda, que sea derrotado, incluso por el hombre mismo.
En la función pública la mujer debe lograr la paridad, derrotando toda legislación y práctica discriminatoria, en el estado, sus instituciones, los partidos, sus estructuras, puestos directivos y candidaturas.
Tenemos que ver las aulas llenas de mujeres y los países llenos de mujeres profesionales para comprender que ese ser maravilloso, cada vez avanza más y qué hay que empujar junto a ellas para derribar todas las barreras; aquellas que le impiden obtener igual salario por igual trabajo y disponer de su cuerpo y de su mente, tal y como lo hace el hombre.
Por último quiero dejar claro, aunque para lo que está a la vista no se necesita espejuelos, que en lo sexual, familiar y reproductivo, también prefiero las mujeres, aunque respete la preferencia sexual de cada cual, porque como dijo el Papa Francisco, no soy nadie para juzgar a otro, llegando a calificar como un pecado otras preferencias sexuales.
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