Santo Domingo, República Dominicana. - Fallecieron dos mil 300 personas por causas relacionadas al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que causa el síndrome del SIDA y se confirmaron cuatro mil 200 nuevas infecciones en el año pasado.
La afirmación la hizo Bethania Betances, directora del Programa de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (ONUSIDA), a propósito de la conmemoración del Día Mundial del Sida este 1 de diciembre, en cuyo acto afirmó que estas cifras evidencian una reducción considerable en los últimos cinco años, producto de la entrega de los medicamentos antirretrovirales (ARV) a las personas que viven con la enfermedad.
De igual forma, felicitó los esfuerzos de las autoridades dominicanas para eliminar el sida como problema de salud pública al 2030.
Agregó que el sida sigue siendo una importante epidemia en la República Dominicana y que el lema del Día Mundial del Sida este año “Igualdad ya”, deja al desnudo situaciones desgarradoras que sufren las personas que viven con la enfermedad y los grupos clave, por lo que exhorta a las autoridades y a todos los sectores políticos y sociales a erradicar todo tipo de desigualdad como vía para acabar con el sida en el mundo.
Declaró que el informe sobre el sida 2022, “En Peligro” refiere que las poblaciones claves representan menos del 2 por ciento de la población mundial.
Sin embargo, éstas y sus parejas sexuales constituyeron el 70 por ciento de las nuevas infecciones por VIH en el 2021, mientras en que en República Dominicana representan el 83 por ciento.
La funcionaria de las Naciones Unidas resaltó que, acorde a las estimaciones nacionales, en el país viven 78 mil personas con VIH, de las cuales 77 mil corresponden a adultos mayores de 15 años de edad, y mil 900 a niños.
Sostuvo que el informe sobre sida señala las desigualdades como una de las principales causas de la desaceleración del avance de la respuesta al sida, debido a que impiden el progreso contra el VIH; reducen el retorno de las inversiones y ponen en peligro a millones de personas a nivel mundial.
Refirió que, en países de diferentes regiones del mundo, como Kenia, Myanmar, Nigeria y Vietnam, las poblaciones claves tienen una cobertura de servicios de VIH más baja, en comparación con la población general y, en algunos países, también tienen menos probabilidades de ser priorizadas en las respuestas nacionales contra el sida.
En cuanto a la discriminación, la estigmatización y la criminalización de las poblaciones clave, dijo que cuestan vidas e impiden que el mundo logre los objetivos acordados, lo cual es posible cambiar con la voluntad política de los líderes mundiales, ya que se sabe cuáles estrategias y acciones son las que funcionan.
Bethania Betances destacó que a esto se suma la reducción del financiamiento para ejecutar respuestas contundentes y eficientes ante el sida, ya que la capacidad para abordar las desigualdades que ralentizan el progreso de las respuestas pasan por una grave escasez de fondos. Citó como ejemplo, el hecho de que la financiación para programas de VIH en países de ingresos bajos y medios, sufrió la reducción de UD$ 8 mil millones para 2025, de los UD$ 21 millones que asignaba anualmente.
“Contar con los recursos necesarios para cerrar las brechas de desigualdades relacionadas con el VIH presenta múltiples desafíos, ya que los países de ingresos bajos y medios ahora pagan la mayoría de los costos de sus respuestas al sida, aunque no se han recuperado del impacto de la pandemia por COVID-19”, aseveró.
De igual manera, dijo que las guerras han aumentado el costo de combustible, alimentos y otros productos y donantes internacionales de larga data están reasignando fondos para abordar problemas humanitarios, además de que las deudas de países en desarrollo están reduciendo su capacidad para proteger la salud y el bienestar de sus poblaciones.
Ante este contexto, consideró necesarios esfuerzos urgentes para eliminar las desigualdades y accionar de manera inmediata para cerrar las brechas de acceso a servicios de reducción de daños causado por el sida, y asegurar acceso igualitario a los derechos, a los servicios, a la ciencia y a los recursos.
Para eliminar las desigualdades, dijo Betances, ONUSIDA propone que los países se comprometan a aumentar la disponibilidad, calidad de los servicios, tratamiento, pruebas clínicas y prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan.
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