Por Praede Olivero Féliz
La historia entre la República Dominicana y la República de Haiti es una historia de confrontaciones y solidaridad, donde los haitianos casi siempre ponen las agresiones, a veces la solidaridad y los dominicanos ponemos la solidaridad y a veces las agresiones.
Para enfrentar con éxito estas contradicciones hay que recurrir de nuevo a Juan Pablo Duarte, en su admiración al pueblo haitiano que enfrentó y venció a fuerzas superiores y practicó la solidaridad con Bolivar, también con nuestro país en la guerra de restauración de la independencia y la guerra de abril y con otros paises, pero que el mismo patricio enfrentó y derrotó en la guerra de independencia, usando como plataforma la sociedad secreta “La Trinitaria”.
Todos sabemos que el pueblo dominicano y sus gobiernos hemos cargado con una gran parte de los problemas de Haiti, que nuestro presupuesto se consume en parte, en la solución de muchos problemas de ese pueblo, como el de salud, que nos tiene una invasión pacifica, ocupando parte de nuestro territorio y para colmo en muchos de esos lugares no mandan con eficacia nuestras autoridades, lo que es muy peligroso para nuestra seguridad, independencia y soberanía.
Es muy preocupante para los dominicanos lo que viene pasando en Haiti, un pueblo sometido a la explotación extrema por potencias extranjeras, por las clases dominantes y las bandas que controlan gran parte de su territorio y amenazan el nuestro.
Frente a la situación, el Presidente de la República la Armada y los sectores nacionalistas dominicanos,
hemos reaccionado en los planos nacional e internacional, llamando la atención de diferentes paises, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se han hecho los chivos locos ante la situación actual de Haiti, pretendiendo que la República Dominicana cargue con ese problema, algo que es imposible.
hemos reaccionado en los planos nacional e internacional, llamando la atención de diferentes paises, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se han hecho los chivos locos ante la situación actual de Haiti, pretendiendo que la República Dominicana cargue con ese problema, algo que es imposible.
Al leer la columna “El sube & baja” en la página dos del periódico “HOY” del sábado 17 de septiembre del año 2022, aumentó me preocupación y me motivó a escribir estás líneas, que constituyen un llamado al pueblo de Barahona y al pueblo dominicano.
Contiene el párrafo más importante del discurso de nuestro Presidente Luis Abinader Corona ante la OEA, que dice: …”Quiero repetirlo para que se grabe en la memoria de esta solemne sesión en el Salón de las Américas: la crisis que desborda las fronteras de Haiti es una amenaza para la seguridad nacional de la República Dominicana”.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro se hizo eco del discurso del Presidente Luis Abinader Corona al señalar: “… el Presidente Abinader dio un mensaje muy claro a la membresía de la OEA, un mensaje que quiere que no se olvide, y es que la República Dominicana siente su seguridad amenazada con la crisis haitiana, y cuando sea preciso, actuará en consecuencia.
Confieso que lo más preocupante fue leer lo que dice Carlos Luciano Diaz Morfa, Ministro de defensa, quién señaló: “ Nadie puede asegurar en estos momentos que agentes de las 150 bandas confederadas que operan en Haiti no hayan estado en la República Dominicana haciendo contactos quien sabe con qué propósitos.
Concretamente se habla de Barahona, un lugar donde viven muchos inmigrantes haitianos y hay autoridades de Haiti.
Agregue a todo eso el incremento del flujo haitiano en la frontera, los robos de ganado, de nateriales del muro fronterizo,atracos y asesinatos de dominicanos.
Es ante esa realidad que llamamos a mantener la solidaridad con el pueblo haitiano, con los pobres, preferiblemente en su territorio, rechazando establecer campamentos en nuestro territorio y cualquier plan de fusión de los dos territorios y naciones, como propugnan algunas potencias.
De manera concreta y en la actualidad, cada barahonero, cada dominicano debe abrir los ojos y los oidos, más allá de la Policía y de la Armada, para descubrir y enfrentar cualquier miembro de las bandas que masacran al pueblo haitiano, que penetren a nuestro territorio, que bajo cualquier circunstancia, el pueblo dominicano asuma la defensa frente a las bandas haitianas.
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